Así lo atestiguan IRU, Ti y Upply en el seguimiento que realizan de la cuestión. En cualquier caso, podría existir hueco para la esperanza, porque los datos del trimestre muestran que los precios se han suavizado hacia el final del mismo.
Atendiendo a los números, las tarifas medias de los contratos de transporte de mercancías por carretera en Europa alcanzaron un máximo histórico en el tercer trimestre de 2022 (129,7 puntos de índice), con un aumento de 5,4 puntos respecto al periodo anterior y de 19,6 puntos en relación con el mismo periodo de 2021. En el mercado al contado, las tarifas alcanzaron los 142,6 puntos, lo que supone un aumento de seis y de 26,4 puntos, respectivamente.
Las tarifas al contado están ahora 12,9 puntos por encima del contrato en Europa, cuando esta cifra era de 12 puntos en el trimestre anterior y de 6,1 puntos en el tercer trimestre de 2021.
Otro aspecto reseñable en la comparativa es que los costes del gasóleo, que tradicionalmente significaban alrededor de un tercio de los totales de explotación, superan en algunos casos el 50% en la actualidad.
Y otra mala noticia es que la escasez de conductores seguirá aumentando hasta finales de 2022, con un crecimiento estimado del 40% en los puestos de conductores de camiones sin cubrir. Entre los principales países europeos (Francia, España, Alemania, Rumanía, Polonia y Dinamarca), entre enero y septiembre de 2022, la demanda de conductores aumenta continuamente (+44%) y se prevé que la escasez sea mucho mayor en 2026, con un efecto multiplicador de hasta siete en el caso de Francia.
Otros aspectos destacados del informe
Las menores subidas de tarifas de este trimestre se explican porque el mercado se ha ajustado a los costes más elevados, mientras que el aumento de los costes de producción y el menor poder adquisitivo de los consumidores han empezado a aliviar la presión al alza de la demanda sobre las tarifas.
La caída de los contratos de fabricación en Alemania (primera señal de que la industria alemana empezará a demandar cada vez menos transporte por carretera) o la destrucción del sector manufacturero en el Reino Unido no ayudan a solventar el clima de incertidumbre generado en el Continente, a lo que se sumaría que algunas zonas de España han experimentado su verano más seco desde hace más de 1.200 años, provocando algunas cosechas más tempranas y, por tanto, un desajuste de la demanda de transporte en comparación con el año anterior. Para compensarlo, aunque sea en un porcentaje pequeño, la mencionada sequía ha reducido el transporte fluvial, derivando parte de su carga a la carretera.
El director senior de estrategia y desarrollo de IRU, Vincent Erard, considera que «los conductores son un factor crítico para mantener en movimiento las principales cadenas de suministro, algo que vimos claramente durante la pandemia. Ahora, los operadores logísticos y las tarifas de transporte de muchos países se ven amenazados por otra crisis que se avecina: la creciente escasez de este recurso humano tan valioso. Las personas están en el centro de este desafío. Debemos seguir impulsando los esfuerzos y las inversiones para aumentar el atractivo de la profesión de conductor, especialmente para los jóvenes, y facilitar la cualificación de las personas y su incorporación al colectivo de conductores».

