Ayer presenté el Estado de la Unión de la Energía. Muestra que seguimos importando entre 40 y 45 bcm de gas ruso. Así que intentemos sustituirlo en la medida de lo posible por biometano.
Hoy hablaré más detenidamente de por qué es tan importante nuestro trabajo sobre el biometano, qué hemos estado haciendo para promoverlo y hacia dónde nos dirigimos a partir de ahora.
Puedo resumir por qué el biometano es tan importante en tres palabras: Sostenibilidad. Seguridad. Competitividad.
Desde el principio de este mandato, nos hemos comprometido a abandonar el gas natural en favor de opciones más ecológicas, como el biometano, el hidrógeno renovable, el biogás y los gases sintéticos.
Sostenibilidad, seguridad, competitividad
Este es el núcleo de nuestro programa Green Deal y de nuestro empeño por descarbonizar nuestro mercado del gas de aquí a 2050.
La invasión rusa de Ucrania, su chantaje sobre el suministro de gas y la crisis energética dejan claro que no sólo íbamos por el buen camino. Deberíamos incluso redoblar los esfuerzos para utilizar los recursos energéticos existentes de forma sostenible y circular en nuestro país. Nuestra independencia energética y la seguridad de nuestro suministro energético dependen ahora de ello.
Con el biometano, tenemos una solución que está disponible, ahora mismo. Puede empezar a sustituir inmediatamente al gas natural y a la gran proporción de gas natural importado. Es una buena solución de descarbonización, sobre todo en zonas rurales remotas o en sectores difíciles de electrificar.
Y se produce, aquí en Europa, creando empleo, crecimiento y beneficiando a las comunidades locales.
Un vistazo a la volatilidad de los precios de la energía y el gas hace aún más convincente el argumento comercial a favor de la producción de biogás y biometano. Las tecnologías comerciales y las buenas prácticas en la cadena de valor ya están bien desarrolladas. Pero queda mucho por hacer para alcanzar nuestro objetivo de producción anual de 35 bcm en la UE para 2030.

